martes, 4 de noviembre de 2008

Sermón del 31 de octubre

El Padre Marciano está indignadísimo. ¿Qué es eso de Halloween, de dónde viene tan aberrante costumbre? Escucha, que aquí te lo explica.

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1 comentario:

Señor Pato dijo...

Ave María Purísima.
Queridos hermanos, estos días son de los más especiales del calendario de todo buen feligrés. Porque mañana, primero de noviembre, es el día de Todos los Santos. Día destinado a recordar a los que nos han abandonado, y a recordar también que tarde o temprano acabaremos como ellos, ya que el Señor, consciente de que cuando nos creó no estaba en plena forma y le salió una chapuza, tuvo la precaución de hacernos mortales, para que al menos la metedura de pata al cabo del tiempo no se notara.

Pero lamentablemente las leyes del mercado, que no son tan importantes como las Sagradas Escrituras pero casi, han acabado por desvirtuar el significado tradicional de esta celebración y cambiarla por una patochada con calabazas y fantoches que deberían producir miedo, pero según el caso dan más bien risa o lástima. ¡A nosotros nos van a venir con historias de terror, que llevamos 2000 años hablando del infierno!

A la fiestecita alternativa que se han montado, los hijos de la Gran Bretaña le han dado el nombre de “Halloween”. Consiste en que los niños, disfrazados de personajes más o menos tenebrosos, van de casa en casa pidiendo a los ciudadanos que les den chucherías; los que se niegan se arriesgan a que las puertas de su morada acaben llenas de huevos. Los americanos, tan listos ellos, le han visto el lado comercial al asunto y han montado una parafernalia alrededor que, al igual que las heréticas hamburguesas y las no menos pecaminosas pizzas estilo yanqui, han conseguido exportar al resto del planeta. A costa de nuestras más sacrosantas tradiciones, se han montado un negocio de millones de dólares.

No está de más recordar que este sacrilegio tiene orígenes totalmente paganos. Viene de los celtas, esa gente que creía en druidas y se pasaba la vida soplando gaitas. Una de sus supersticiones blasfemas era que en estas fechas los espíritus salían de los cementerios y podían resucitar en los cuerpos de los vivos, así que colocaban en sus casas todo tipo de cosas desagradables, como huesos y calaveras, para que los fantasmas se asustaran y pasaran de largo. Hubo un papa con criterio, hace más de 1000 años, que dijo que esto no podía ser y lo transformó en Todos los Santos, donde tradicionalmente no se hace más que ir al cementerio a visitar a los ausentes. Pero ahora está de moda recuperar lo antiguo y el Halloween este se ha vuelto a instaurar. Como nos pongamos nosotros también a recuperar prácticas antiguas, no va a haber hogueras para tanto hereje…

Así que ya sabéis: no permitáis que vuestros hijos caigan en el pecado de disfrazarse de vampiro u hombre lobo. Hacedles seguir nuestras santas costumbres, y si tienen que comprar algún vegetal, que sean flores para las lápidas. Nada de calabazas con recortes ridículos, que así se estropean y luego no valen ni para sacar pipas de ellas.

Hala, hermanos, rezadme ochocientos credos, ¡y no pequéis, recordad que el Jefe lo ve todo!